domingo, 31 de agosto de 2014

Ciclo lectivo 2014

Bienvenidos a este espacio

Si bien el material fue subido en el año 2011, es el que seguimos utilizando durante este ciclo lectivo. hay modificaciones que ya hicimos en el primer trimestre.
El documento que les pedí para la semana próxima es el que está a continuación:
EL BOOM LATINOMERICANO- CONTEXTO SOCIAL Y POLÍTICO- LA LITERATURA LATINOAMERICANA SALE AL MUNDO
Pueden copiar el documento en sus net o imprimirlo; LO IMPORTANTE ES QUE LO TENGAN PARA TRABAJAR EN CLASE
si tienen alguna duda me escriben a  escuelatecnica37@gmail.com

Nos seguimos leyendo

lunes, 16 de julio de 2012

La vida y la obra de Sor juana llevada al cine.

Hola a tod@s:

Reseña: "Sor Juana y las trampas de la fe"

Yo, la peor de todas, es una película basada en la obra "Sor Juana o las trampas de la fe", de Octavio Paz. La película nos muestra la vida en la época de la conquista, cuando México todavía era una colonia Española. Esta tiene lugar en el siglo XVII, cuando la Nueva España era gobernada por la corona Española en conjunción con la iglesia católica. Durante esta época la sociedad era controlada por la iglesia, que a su vez estaba formada por hombres fanáticos de la religión, egocéntricos, que creían que la religión era lo más importante y se debía acatar al pie de la letra, y que las mujeres eran menos y no podían hacer lo mismo que ellos. Ellas solo podían estar en la casa, y las que no se casaban en el convento.

Yo, la peor de todas nos narra la vida de una mujer sobresaliente, Sor Juana Inés de la Cruz. Sor Juana es proyectada como una mujer intelectual que sigue sus ideales, que rechaza superficial, lo efímero, y que prefiere “poner (bellezas y) riquezas en su entendimiento / y no (su) entendimiento en las (bellezas y) riquezas”. Esto se refleja con el hecho que Sor Juana que rechazo el matrimonio, la carne, y lo mundano, para llevar una vida intelectual, que de otra forma no habría podido conseguir. En un mundo totalmente masculino, el convento se convirtió en su único refugio, es su espacio donde podía cultivar su intelecto, su poesía y su amor por las ciencias.

Al igual que en la película, Sor Juana, con su estilo barroco, con retruécanos, metáforas, y antítesis nos dice en sus poemas lo que ella quiere. En su soneto “En perseguirme, mundo. Que interesas?” Ella claramente nos dice lo que quiere: poner riquezas en su entendimiento y no su entendimiento en las riquezas, a ella no la importaba tener riquezas materiales como las demás personas de su época, ella lo único que quería era cultivar su intelecto.

Sor Juana en el convento tenía la facilidad de estudiar, de escribir, y de vivir la vida intelectual que ella quería. En los muros del convento contaba con la protección de la Virreina María Luisa y su esposo el virrey, por lo cual la autoridad eclesiástica toleraba que Sor Juana escribiera y estudiara. La película sugiere una amistad muy intima entre Sor Juana y la virreina, en un dialogo entre las dos, la virreina le comenta a Sor Juana, “Eres más poeta que monja, mas monja que mujer.” Esta amistad inspiro a Sor Juana varios bellos poemas de amor, que la virreina disfrutaba leer.

Sin embargo, la visión monolítica de la iglesia católica, representada por el arzobispo Aguiar y Seijas, la máxima autoridad de la iglesia católica y encargado de que se llevaran a cabo las órdenes de la Inquisición en la Nueva España, logro vencer a Sor Juana, y al terminar la protección de la corona, la despojo de sus “hijos”, su telescopio, su reloj solar, y sus queridos libros, lo que significo su muerte intelectual y espiritual. El arzobispo no podía aceptar la idea que Sor Juana, una mujer, fuera más inteligente que él, le tenía envidia. Como el virrey de la Nueva España le dijo a de la Cruz, “donde tú pisas crece la envidia” y esa envidia y el hecho que Sor Juana era mujer, fueron motivos suficientes para despojar a Sor Juana de sus hijos.

En la película predominan dos temas, el machismo de la época y la corrupción en las personas que tenían el poder. Al igual que aquellos que buscaban “labrarse fortuna en los palacios”, como dice Juan del Valle Caviedes, los miembros de la iglesia eran embusteros, lisonjeros, soplones, y muy parleros. Y para muestra tenemos al obispo de Puebla o la supuesta Sor Filotea de la Cruz, que para hacer encolerizar al Arzobispo le pide y convence a Sor Juana escribir un ensayo sobre Antonio de Vieira, el teólogo Portugués preferido del Arzobispo. El lisonjero y embustero obispo le promete a Sor Juana que este ensayo no iba a ser publicado, que solo algunos lo leerían. A pesar de las promesas y demás, el obispo publico el ensayo, y no solo eso, como prologo publico una carta en la cual “conmina a (Sor Juana) a usar su inteligencia y su saber en el estudio de las letras divinas en vez de las seculares”. Como era de esperarse el arzobispo se enfureció al leer el ensayo en el cual se rechazan las interpretaciones del teólogo portugués, y más porque quien lo había objetado era una mujer. Pues en ese tiempo la teología no era cosa de mujeres.

Sor Juana escribió la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz en la cual se defiende de las acusaciones que le hacen. Y también defiende a las mujeres y dice que son igual o mucho mejor que los hombres al señalar: “Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito.”

Al final, ya cuando muchos de sus seres queridos habían muerto, y sus pertenecías más queridas le habían sido arrebatadas, Sor Juana hace una autocritica en la cual se ve acabada física y espiritualmente en esta declara ser la peor de todas, sin embargo, en lo efímero que es la vida, con el paso del tiempo se convirtió en la mejor de todas, nos dejo lo que ella mas apreciaba, su intelecto, sus poesías, sus ideas innovadoras y estas si son para siempre.
Nos seguimos leyendo!!!

El Barroco en América

Hola a tod@s:
Si bien hicimos juntos el análisis de las redondillas, me pareció interesante compartir con ustedes este material
ANÁLISIS DE LAS REDONDILLAS DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ: UNA CULPABILIDAD COMPARTIDA POR LA PASIÓN
Frann Karlo Páez Estévez
Jhon Alexánder Monsalve Flórez[1]

Frontispicio del Segundo volumen de las obras de Soror Juana Inés de la Cruz, Sevilla, Tomás López de Haro, 1692, Biblioteca Nacional de España, Madrid.

Cabe plantear, en primer lugar, una imagen: cientos de mujeres cortesanas en el siglo XVII sirviendo para acrecentar familias o hacer buenos bordados, mientras una mujer criolla de la Nueva España respondía magistralmente un examen público en la corte virreinal, ante cerca de cuarenta eruditos, para comprobar la magnitud de su sabiduría. Es precisamente esta mujer, Sor Juana Inés  de la Cruz, quien entre su extensa obra lírica compone la redondilla objeto de análisis de estas páginas: Sátira filosófica. Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan.
Dentro de los aspectos estructurales de su construcción bastaría decir que son dieciséis redondillas extremadamente ajustadas al concepto métrico de lo que es una redondilla. Por ejemplo, de la definición teórica de José Domínguez Caparrós[2], la composición de Sor Juana Inés no omite ningún aspecto: una combinación estrófica de cuatro versos octosílabos, o menores, de los que priman en  consonante el primero con el cuarto y el segundo con el tercero. Así son estas redondillas, del tipo abba, donde la totalidad de sus versos son octosílabos y, así, constituyen las redondillas mayores, caracterizadas por esta medida silábica del verso. Debe decirse que esta forma estrófica ha sido privilegiada para la poesía narrativa[3] y que es la estrofa española más utilizada. De seguro, esta producción de la criolla mexicana está determinada por la influencia estructural de las letras de sus colonizadores ibéricos.
También se debe señalar la notoria presencia del fenómeno de encadenamiento vocálico entre palabras al interior de los versos, o sinalefas. Un total de treinta y siete de estos encadenamientos, pocas veces repitiéndose en un solo verso, enmarcan, en parte, el ritmo de estas redondillas. Así mismo, se debe destacar la presencia, en casi todas las redondillas, de dos encabalgamientos predominantes; el primero entre los dos versos iniciales, y el segundo entre el tercero y el cuarto verso.
Además, estos son encabalgamientos suaves; es decir que la parte que pasa al verso siguiente ocupa más de cinco sílabas o hasta en final del verso, siendo este último de los casos el que predomina en estas redondillas de la pluma de Sor Juana Inés de la Cruz. Asimismo, estos encabalgamientos marcan una gran pausa versal, en el medio de la estrofa. Por ejemplo, en Hombres necios que acusáis/a la mujer sin razón,/sin ver que sois la ocasión/de lo mismo que culpáis, se reflejan los dos encabalgamientos suaves que toman la totalidad de los versos siguientes (segundo y cuarto), y una gran pausa interior después derazón, señalada gráficamente con una coma.
Con relación a las figuras dentro del plano fonológico, cabe mencionar una aliteración recurrente con el fonema alveolar, fricativo, sordo representado por la /s/. Esta característica fónica suaviza el grito que constituyen las redondillas.  Podría decirse que hay un recatado disimulo impuesto desde el nivel fonológico de la denuncia que se hace de la hipocresía masculina, sin que por estar disimulado no constituya enérgicamente ese denominado grito femenino. Ya dentro del plano morfosintáctico se debe aludir a la figura del retruécano, en el que se repiten varias palabras entre los versos pero interviniendo el orden de sus términos; por ejemplo: la que peca por la paga/o el que paga por pecar. También se debe hacer referencia a la figura del apóstrofe como parte fundamental para la construcción del sentido de estas estrofas. En este caso, el apóstrofe alude a una pregunta dirigida con vehemencia a los hombres que fustigan el proceder pasional femenino:¿por qué queréis que obren bien/si la incitáis al mal? o bien, una pregunta formulada de forma retórica para, de todas formas, referirse a la concepción masculina sobre la mujer: ¿cuál mayor culpa ha tenido/en una pasión errada:/la  que cae de rogada,/o el que ruega de caído? En total son seis preguntas de este tipo, de las cuales en cuatro casos están constituyendo toda la estrofa. Esta característica es fundamental, considerando que hacia ese punto se dirige la construcción de sentido: un cuestionar la hipocresía seductora de los hombres, desde una posición moralista. Para ilustrar mejor esto, Rudolf Grossmann[4]plantea que se suele percibir un desprecio del hombre hacia la mujer, en la literatura barroca latinoamericana, a pesar de los juramentos de amor que les hacían a estas[5].
Ahora bien, para fortalecer lo anterior, convendría destacar algunos detalles de la obra: ¿quién no recuerda a Lucrecia, la de la Antigua Roma, y la honestidad que la hizo trascender? Ella dejó una frase que resume sus desgracias: Ninguna mujer quedará autorizada con el ejemplo de Lucrecia para sobrevivir a su deshonor. Esto lo dijo antes de clavarse un puñal en el pecho, cuando se enteró de que el hombre con el que se había acostado no era su marido. Y ¿quién puede olvidar a Thais, la cortesana ateniense, famosa por posar desnuda para Fidias, escultor griego, y para Apeles, pintor y retratista de Alejandro Magno? Thais: una mujer licenciosa que indujo a este militar para que quemara Persépolis. Estas dos mujeres son ejemplos de la mujer de la nueva España y de la mujer actual de América.
Thais y Lucrecia son, hasta cierto punto, protagonistas de la confrontación moral que hace sor Juana Inés de la Cruz en el poema que se analiza. El poema no es más que una sátira a la moral, a la razón y a la hipocresía del hombre cortés y seductor, de aquel tiempo. En general, se conforma, desde una perspectiva racional, un actuar humano que obedece a un proceder pasional: un hombre que incita a través de la seducción y una mujer que corresponde instintivamente a ese llamado.
El poema trata de una sátira, reclamo o crítica hacia los hombres que culpan a la mujer seducida por acceder a sus pasiones sin darse cuenta de que la mitad de la culpa es de ellos. Los hombres, según el poema, toman a la mujer por fácil si se porta como Thais, y la tratan de cruel si no les corresponde: como Lucrecia lo hubiera hecho si se hubiese dado cuenta de que se acostaba, con la luz apagada, no con su marido sino con Sexto Tarquino.
Desde la primera estrofa, se hace evidente la sin razón masculina de la que habla todo el poema. Se toma al hombre como la causa del efecto, es decir, que el comportamiento de la mujer seducida se debe a los cortejos masculinos. De este modo, se permite entrever en las líneas de Sor Juana Inés de la Cruz  una dualidad: un problema que obedece a lo pasional, asumido desde un punto de vista racional y moralista. Dice el poema que el hombre quiere que la mujer sea decente, pero que trata e insiste para que acceda a sus deseos. Más adelante retoma el tema: Y después de hacerlas malas/las queréis hallar muy buenas. A partir de ahí, por medio de antítesis, se evidencia la sin razón del hombre novohispano: se opone al rechazo de la mujer que seduce, pero la culpa porque accede a sus deseos:
Combatís su resistencia
Y luego, con gravedad,
Decís que fue liviandad
Lo que hizo la diligencia.
También, teniendo correspondencia o indiferencia de la mujer, el resultado siempre será negativo: o burla o queja:
Con el favor y desdén
Tenéis condición igual
Quejándoos si os tratan mal
Burlándoos si os quieren bien.
El poema ubica  a los hombres en el círculo de la ilógica. No están contentos  ni con Thais ni con Lucrecia, porque a una la culpan por fácil; a la otra, por cruel. Una culpa que, al final de cuentas, es compartida. El Yo poético no comprende cuál es la mujer que el hombre quiere:
¿Pues cómo ha de estar templada
La que vuestro amor pretende
Si la que es ingrata ofende
Y la que  es fácil enfada?
Sin embargo, a esto encuentra solución poniéndoles a elegir entre imperativos: queredlas cual las hacéis/ o hacedlas cual las buscáis.
En las últimas estrofas del poema, el Yo poético se dirige a l hombre novohispano para decirle que la culpa  no es solo de las mujeres, sino que también es suya, pues como se culpa a la prostituta de pecadora, también se culpa de pecador al que con ella se acuesta, y así la culpa queda dividida, y ninguno es menos culpable que el otro. Este es un ejemplo que se equipara a lo dicho en todo el poema: el hombre culpa a la mujer sin darse cuenta de  que la mitad de la culpa es suya. El problema radica en que es el hombre el que conquista, y por ende, parte de él la culpa.
Antes de concluir el poema comparando al hombre, en promesas y súplicas, con el pecado espacial y corporal, que lo caracteriza como ser pasional: con el diablo, la carne y el mundo; antes de eso, el yo poético aconseja al hombre que deje de cortejar a la mujer y que espere a que sea ella la que seduzca, para que con lógica y razón, las críticas y reclamos hacia ella pudieran llegar a ser justos y comprensibles.
Ahora bien, la moral es un valor evidente en el poema. La moral regula lo que es bueno y lo que es malo, y más en un espacio socio-religioso como el de la Nueva España: católico, gobernado por reyes y virreyes católicos. Sor Juana Inés de la Cruz no podía prescindir de este valor, porque iba unido a su vida, a su trabajo, a su vocación. Sor Juana se expresa no solo con su voz, sino también con la voz de la feminidad del siglo XVII. La Respuesta a sor Filotea de la Cruz presenta un tópico especial con el poema que se analiza: en la Respuesta, de la misma forma que en el poema, se evidencia la réplica a las opiniones y pensamientos masculinos de la época; en el poema, esta réplica se muestra como una objeción, según Octavio Paz[6], a las incontables sátiras contra la mujer que circulaban en su tiempo. El poema es una sátira a la hipocresía masculina y una afirmación de la moral rota por ambos sexos, por causa de la pasión. Una balanza en la que pesa más el instinto natural humano que un proceder racional y reflexivo.
Cervantes había trabajado, hacía unos años, sus novelas ejemplares bajo un tinte moralista; Sor Juana lo retoma en el poema que se analiza y, en su mundo cristiano, lo asocia al incumplimiento de los cánones morales, sociales y religiosos. El pecado es delito moral: ¿por qué queréis que obren bien/si las incitáis al mal?, pero tal parece que no se habla de un pecado exclusivamente masculino, sino de un pecado mutuo: el hombre, según el poema, peca siendo tentación para la mujer, porque por su culpa, por su insistencia y promesas, ella peca: pues en promesa e instancia/ juntáis diablo, carne y mundo, dice el poema refiriéndose al hombre, y uniendo entes y espacios de pecado y tentación, a los que la mujer,  por cuestiones naturales, accede .
El solo concepto de culpa encierra moralidad y pecado. El poema presenta la confrontación entre la culpabilidad masculina y la femenina, y uno de sus objetivos es precisamente dejar por sentado que la culpa, relacionada, como ya se dijo, a la moral y al pecado, es de los dos, del hombre y de la mujer: dos pecadores culpables por sus pasiones.
Es, precisamente, este aspecto el que constituye otro valor en las redondillas: la pasión, que en esta composición lírica se funde con una pretensión moralista. Sin embargo, también propone un choque de lo pasional con esta temática. Como si se dijera que ese accionar femenino que se recrimina y acusa está soportado desde la naturaleza pasional femenina y, al mismo tiempo, que ese accionar es motivado por la naturaleza pasional de los hombres, pero que, aún así, este comportamiento se debe someter a un filtro moralista. Si se parte de la literalidad, las palabras ansias, desdén, fervor aluden a ese proceder pasional, y también se halla la referencia a una pasión errada. Todo lo anterior asumido como natural y, sin embargo,  sometido a juicio. De esta forma entran en oposición un obrar bien y un obrar mal, la resistencia y la liviandad, Lucrecia y Thais. Donde si se está del segundo lado de la oposición se entra en el pecado.
En conclusión, se puede observar en estas redondillas una voz femenina contra la hipocresía seductora de los hombres y una justificación del proceder instintivo de las mujeres, desde una óptica moralista, que, en última instancia, determina lo pasional como fuente del actuar humano. Además, constituye una muestra de conjunción entre una forma  estructural perfecta y un contenido que marca trascendencia en las letras latinoamericanas. Así, aunque por razones obvias no se hizo presencia de ese juicio en el siglo XVII, hoy es posible contar con este tipo de muestras, que hacen asumir que los cuarenta eruditos asintieron con su cabeza la magistral pluma e ingenio de Sor Juana Inés de La Cruz.
BIBLIOGRAFÍA
DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José. Diccionario de métrica española. Madrid: Editorial Paraninfo, S. A., 1992.
GROSSMANN, Rudolf. Historia y problemas de la literatura latino-americana. Madrid: Ediciones de la revista de occidente, 1972.
GUTIÉRREZ, Javier y HERTFELDER, Cinthia. Cómo estudiar literatura: guía para estudiantes. Barcelona: Vicens Vives, 1989.
PAZ, Octavio. Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe. México: Fondo de cultura económica, 1993.


jueves, 14 de junio de 2012

El Barroco


El marco histórico del Barroco.
 La crisis del siglo XVII y la ruina del Imperio español

Se suele decir que la Casa de Austria pasó por España como un cometa, primero iluminando y luego arrasándolo todo con su estela. Efectivamente, los reinados de Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598), que llenan el siglo XVI dividiéndolo en dos mitades, la de la expansión y la de la hegemonía del Imperio, fueron un momento de esplendor que se extingue por completo en la centuria siguiente dejando una sobrecogedora oscuridad. Sus sucesores, Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700), a quienes conocemos con el sobrenombre de Austrias menores, tienen que administrar unos inmensos dominios territoriales con un país empobrecido y una hacienda en quiebra. Los conflictos con Inglaterra, Francia y los Países Bajos, así como las revueltas y levantamientos internos (guerra de las Alpujarras, guerra de Cataluña, rebelión de Portugal, movimientos de independencia en Andalucía, Aragón y Navarra) ponen al país al borde del abismo.
La miseria se extiende por el reino. El aumento de los impuestos y tributos para sufragar las campañas militares arruina a la burguesía y condena al hambre a las clases populares. Hay malas cosechas, el trigo sube, la ganadería retrocede, aumenta el bandidaje y la mendicidad. Las enfermedades se ceban con los más débiles, las guerras se cobran la vida de miles de jóvenes, muchas familias emigran a América, lo que se traduce en un acusado descenso demográfico que agrava los problemas sociales y económicos. La Corona se ha endeudado pidiendo préstamos que ya no se pueden pagar y provocan sucesivas bancarrotas en 1607, 1627, 1647 y 1656.
La administración del Estado es errática. Los reyes dejan el gobierno en manos de privados y validos: Felipe III entrega las riendas del país al duque de Lerma y, cuando este fracasa, al duque de Uceda; Felipe IV, al conde duque de Olivares y, tras su dimisión, a Luis de Haro; en el reinado de Carlos II, un hombre débil y enfermizo, que da claras muestras de incapacidad mental, la Corte está llena de vanidosos advenedizos que codician el poder para enriquecerse personalmente y distribuir prebendas y altos cargos entre sus amigos y parientes. Uno tras otro pasan por el gobierno el jesuita Nithard, Valenzuela, Juan José de Austria, el duque de Medinaceli, el conde de Oropesa y, en los últimos años, la segunda esposa de Carlos, Mariana de Neoburgo, rodeada de una camarilla de intrigantes que se prepara para el inminente cambio político que va a producirse cuando el rey muera sin hijos, circunstancia que desatará la guerra de Sucesión (1701-1714), el primer conflicto europeo de la era moderna, que se extiende por Francia, Alemania y los Países Bajos hasta el mar del Norte.
Si hiciéramos un balance del período, no dudaríamos en hablar de decadencia y también de desequilibrios y desigualdades: la suntuosidad y el lujo de la Corte, el orgullo de clase al que se aferra la nobleza, contrastan con la crisis de autoridad, la corrupción política y la pobreza que domina la vida de campesinos y artesanos.

La mentalidad de una nueva época marcada por la derrota del ideal humanista

El hombre del siglo XVII sufre un duro desengaño. La vitalidad y el optimismo que trajo consigo el Renacimiento se desvanecen. La guerra, el hambre, las enfermedades y la muerte se encargan de desmentir el sueño del humanismo. La realidad está dominada por la violencia y el cambio, y cubierta con un grueso manto de apariencias que disfrazan su auténtico carácter. El sentimiento que domina es la inquietud, que se proyecta en distintos aspectos:
  • La naturaleza deja de ser un hogar para el hombre, es un ámbito hostil, caótico, erizado de peligros, por eso es preciso construir una estructura artificial que nos ofrezca cobijo. Es la época de los grandes sistemas, no sólo en el campo científico (Newton, Kepler, Galileo), sino también en la sociedad (pasión por el ceremonial), en la política (auge del absolutismo) y en el arte (exuberancia de las fachadas en la arquitectura, triunfo de las preceptivas poéticas, desarrollo de la música como arte puramente formal, aritmético).
  • El ser humano inspira desconfianza, se ha dejado de creer en su bondad, se piensa más bien que "el hombre es un lobo para el hombre", triunfa una visión escéptica y pesimista de la sociedad.
  • La vida se entiende como tránsito hacia la muerte, ya no es el ámbito donde el hombre se realiza a través de sus obras, es un sueño fugaz, irreal y vano. Lo que somos y lo que hacemos está condenado a la destrucción según la ley del tiempo, que devora al hombre, arrastrándolo "de la cuna a la sepultura" sin que pueda hacer nada para evitarlo. Ante este hecho cabe reaccionar con una actitud ascética, estoica (desprecio del mundo, aceptación serena del dolor y la muerte) o disfrutando del momento presente antes de que pase definitivamente (el tópico del carpe diem).
  • Dios y la religión se convierten en la única respuesta a la angustia de vivir. El hombre es el único ser de la creación que conoce el hecho cierto de su muerte, y una muerte conocida es una muerte adelantada. Vivir es "ir muriendo cada día"; desde este punto de vista, la trascendencia es el último refugio donde cabe encontrar amparo.
  • La libertad queda oscurecida, parece que la historia de los pueblos y el destino individual de las personas se deciden al margen de su voluntad. El mundo se asimila a una representación teatral, en la que Dios es el autor y los hombres los actores que representan el papel que les ha tocado en suerte. Sería ingenuo pensar que tienen algo que decir sobre su argumento o su desenlace. La única actitud sensata es adaptarse a las circunstancias, cumpliendo con la función que cada cual tiene encomendada, para ser recompensado después de abandonar el escenario.
En el fondo, el Barroco nace de la melancolía, de esa tristeza vaga e indefinida que domina a aquel que sabe que, haga lo que haga, tiene perdida la batalla antes de empezar a luchar. En estas condiciones, la ansiedad de disfrutar, de apurar las escasas alegrías que la vida nos ofrece, se mezcla con el hastío, eltaedium vitae, que surge cuando se tiene la certeza de que esos goces no conducen a nada y se agotan en sí mismos.



Los rasgos generales de la estética barroca y su reflejo en la literatura

La literatura barroca se caracteriza por su enorme complejidad y su gran variedad de temas, tonos y estilos. Sus principales aspectos quedan resumidos en el siguiente cuadro:
Aspectos formalesAspectos temáticosGéneros y subgéneros
Complicación y retorcimiento de formas y conceptos.Oscuridad del lenguaje debido a la abundancia de neologismos, cultismos y condensación de figuras literarias.
Se acentúan los contrastes: la deformación grotesca, satírica, caricaturesca, profana, convive con la idealización embellecedora, sublime, espiritual.
Tendencia a la exageración, a la hipérbole, a lo extremo.
La literatura persigue la originalidad y se aparta de las normas clásicas para buscar lo inaudito, lo diferente y sorprender al público.
Temas amorosos: pervive el tópico del amor cortés con la introducción de elementos sensuales, incluso eróticos.Temas morales y filosóficos: la naturaleza humana, la fugacidad de las cosas y de la vida, la muerte, la confusión entre apariencia y realidad.
Temas religiosos y doctrinales: la fe en Dios, la salvación.
Temas satíricos (censura, crítica) y burlescos (jocosos, festivos, incluso tabernarios): expresión del descontento social.
Temas históricos y patrióticos: muchas veces se mezclan con consideraciones políticas.
Temas mitológicos y legendarios.
Temática de circunstancias: panegíricos, elegías, descripciones de paisajes, jardines, objetos.
La poesía se desarrolla en varias direcciones: lírica en versos italianos(endecasílabos y sus combinaciones), poemas en verso castellano (octosílabos y afines), desarrollo del Romancero Nuevo, y canciones de tipo tradicional y popular.Novela picaresca (continúa la vía abierta por el Lazarillo).
Novela corta (ejemplar, amorosa, satírica, anecdótica).
Prosa didáctica y moralizante (reflexiones éticas, políticas, religiosas, artísticas).El gran teatro clásico, creación de la comedia nueva, representada en los corrales, un fenómeno social que sirvió a la difusión de los ideales monárquicos y religiosos, también desde una perspectiva simbólica o alegórica, como en el caso del auto sacramental.


La poesía barroca

El contraste, el retorcimiento y la artificiosidad dominan en todos los órdenes.
 Si la lírica renacentista se caracterizó por la naturalidad y el equilibrio dentro de
 una actitud contemplativa, de admiración por aquello que amamos (el ideal femenino
 o el propio Dios), la barroca se distingue por lo contrario. Ya no existen formas ni vías 
prefijadas, el poeta se encuentra ante una realidad caótica y desarticulada, que exige
 un esfuerzo de interpretación para comprenderla racionalmente.

Temas y motivos literarios
La poesía barroca se orienta en dos direcciones. 1) Hacia lo exterior, hacia el disfrute de
 los goces terrenales(carpe diem), que conducen al idilio amoroso, erótico, al placer,
 a las formas exuberantes; sus motivos cubren un arco muy amplio, que va desde lo más
 sublime a lo más vulgar: la juventud, la fuerza, el amor, el deseo, el lujo, el capricho, 
el juego, el vino, la embriaguez, el carnaval, la fortuna, con una serie de símbolos
 recurrentes: el oro, las piedras preciosas como rubíes y zafiros, los tonos suaves,
 nacarados, el fuego de la pasión o el hielo de la indiferencia2) Hacia lo interior,
 denunciando la vanidad del mundo ("sic transit gloria mundi") con formas doloridas,
 que se centran en el paso del tiempo, la finitud de la vida y la certeza de la muerte;
 sus motivos predilectos son la decadencia, el pecado, la vejez, la muerte, expresados 
mediante símbolos como el reloj, las ruinas, las flores, el arte, el sueño, el teatro o
 el viaje como itinerario del hombre hacia Dios o como exploración interior.

Formas y géneros
Se suelen distinguir hasta cuatro estilos distintos. 1) Una lírica culta basada en el
 endecasílabo (sonetos), o en su combinación con el heptasílabo (liras y silvas), para tratar
 temas elevados (amorosos, mitológicos, morales o filosóficos). 2) La poesía en verso
 castellano (octosílabo): redondillas, quintillas, décimas; muy adecuadas para los juegos
 conceptistas. 3) El Romancero Nuevo, que incorpora temas moriscos, pastoriles,
 mitológicos, morales.4) Canciones de tipo tradicional y popular, letrillas, villancicos
 y seguidillas, con temas costumbristas, satíricos o religiosos.

Recursos expresivos
Se crea un lenguaje literario que se aparta del usual en todos los niveles. 1) Fónico: 
cultismos, sobre todo los esdrújulos por su sonoridad (púrpura, aéreo, émulo, cándido).
 2) Morfosintáctico: sintaxis latinizante y de gran complicación (hipérbaton, perífrasis, 
encabalgamiento). 3) Léxico-semántico: vocabulario colorista y sensorial (oro, plata,
 nácar, cristal, lilio, rosas), neologismos, latinismos, helenismos, derivados sorprendentes
 (pretenmuela, no llega a pretendiente, archipobre, protomiseria), metáforas audaces, 
hipérboles, paradojas, antítesis ("ayer naciste y morirás mañana"). 4) Pragmático: citas 
de otras obras, alusiones mitológicas.


Culteranismo y conceptismo, dos tendencias opuestas, pero relacionadas entre sí

Ya hemos dicho que la literatura barroca busca la belleza y la sorpresa complicando y retorciendo tanto la forma como el contenido de las obras. Partiendo de esta base, dentro del estilo barroco, se distinguen dos corrientes:
El culteranismo
  • Prevalecería la forma sobre el contenido; lo importante no está en lo que se dice, sino en cómo se expresa; el tema es mínimo, lo que cuenta es la belleza formal.
  • Multiplica y retuerce las palabras, alterando su orden, recurre a un léxico culto con numerosos latinismos.
  • Los autores se dirigen a los sentidos, se presta especial atención al color, a la luz, al sonido, al tacto...
  • Los recursos expresivos más habituales son: cultismos, hipérboles, hipérbatos, metáforas, perífrasis y encabalgamientos abruptos.
  • Su principal representante es Góngora.
El conceptismo
  • Prevalecería el contenido sobre la forma; lo importante está en lo que se dice y en poder expresar muchas ideas con pocas palabras, asociando con ingenio distintos conceptos.
  • Utiliza las palabras justas y con sumo rigor, se preocupa por encontrar el término exacto y cargarlo de intención.
  • Los autores se dirigen a la inteligencia, se presta especial atención al sentido de los términos y a la combinación de sus significados.
  • Los recursos expresivos más habituales son: antítesis, paralelismos, paradojas, elipsis, paronomasias, equívocos y juegos de palabras.
  • Sus principales representantes son Quevedo y Gracián.
Visto así, parecería que se trata de tendencias opuestas, cuando, en realidad, ambas responden a un mismo principio, reflejar la complejidad del mundo rompiendo el equilibrio de la expresión en sus dos vertientes.
Fuente:Lengua Castellana y Literatura. 3º ESO


domingo, 18 de marzo de 2012

Bienvenid@s

Hola a tod@s:
Si bien ustedes todavía no tienen sus netbooks, la idea es ir incorporantdo las Tic; simplemente otras herramientas y recursos a los que ya  utilizamos a diario en el aula.
Por eso, este año creé este blog para ustedes. Lo vamos a complementar con la  Wiki, ya que en esta podrán editar sus trabajos.


Nos seguimos leyendo!